Ángel de las noches presurosas
alas de las alboradas claras,
recobijo de estos versos inquietos.
Retoño dúctil, labios frescos y miradas.
En tu cuerpo laberintos nuevos,
sinuosidad continúa y aliento.
Miel de mis deseos, dulce calma.
Admiro las sombras difusas
posándose en tu espalda.
Claroscuros, versos y alma.
Tu piel es la fuente digna,
el tintero de mis palabras,
tu voz, suave intelecto.
Ángel, canción… Madrugadas.
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