Presidiario
Decidí escaparme al mar
naufragar de un intento,
correr a prisa, sin pensar.
Sumergiéndome en recuerdos.
Pero mis pies tiesos y húmedos
encallaron ante un frío inusual,
aprendí que mar era inmenso.
Y tuve temor, sin zozobrar,
solo pude aferrarme al suelo.
Y tuve dolor, de no avanzar,
por encallar en las orillas
de tantos anhelos nuevos.
Decidí escapar una vez más,
pero comprendí la triste realidad.
Naufragante voy en mis desiertos.
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