Tinta y cincel
Esgrimí mi pluma como un cincel,
redacte sensaciones e inclemencias.
Esboce parajes soñados otra vez.
Cediendo pasiones, mi calma.
Deje que la cuerda de la intolerancia
jugara con mi cuello a la inercia
una y otra vez.
Letargos de amaneceres
intentaron ahogar,
la tinta temprana.
Esgrimiendo mi pluma…
Diseñando bocetos esperé...
Herí susceptibilidades marcadas.
Y comprendí que mis letras
aducían desfasares ciertos
e indulgencias nuevas.
Que colores imaginarios
existen y se hacen eco.
De las miradas.
En las personas ciertas..
En las memorías claras...
Fibras que conducen a esencias,
palabras que golpéan el alma.
Deduje que la realidad miope
no es más que es una escultura virgen.
Que se moldea en sus formas básicas.
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