Del amor y sus zozobras
(Resquemores)
He aprendido a solfear
latidos por palabras,
a narrar silencios viejos.
Envolviéndome en la nada
Aprendí a recordar mí ayer,
olvidando irrealidades frías
dormidas en algún rincón.
De mi cama blanda.
Quizás amé por introspección,
soñé sin esperanzas, sin ilusión,
tal vez por crudo y confuso temor.
De no dañarte repentinamente el alma.
He aprendido a recordarte una vez más,
ahora sé, que el tiempo nos permite amar.
Es por ello, que en unos ojos sinceros
encontré el valor y el meritorio desvelo
para escribirte lo que siento, en esta carta.
Por eso hoy te recuerdo, mí ayer…
Han sido muchas noches largas
en las cuales contemple el mutismo
y el impúdico rigor de no tener nada.
¡Sí supieras, la felicidad ha llegado!
Me despierto como un niño ilusionado,
abrazando con ansías a una persona mágica
que su corazón honesto me ha entregado.
Ojala comprendas algún día mi relato…
Porque tengo el deber de agradecerte,
no una vez, sino más de mil veces.
Todo lo que me has enseñado.
Será que gracias a tus resquemores,
a tus eternas y dolientes confusiones,
he aprendido a respetar, a disfrutar.
A el amor sincero, sin sus resquemores.
4 comentarios:
Estimado Antón: Lo felicito de corazón, su forma de escribir es unica e irrepetible, tiene lo que pocos escritores hoy poseén. Ingenio y talento. Cuando se leé varias veces sus poemas, se llega a la conclusión de que usted es fuera de serie. Tenga mi admiración y la de mis colegas.
María Eugenia Díaz - Cordoba Capital
Es asi amigo Anton! Muy buenos poemas tiene, respeto su calidad y forma de escrir. A mis sesenta y largos le digo que este poema que usted ha escrito identifica mucho mi momento. Que dios le guie siempre y es una persona talentosa de verdad. Brindo por su juventud y por su poemas.
Raul Ducci - Cap. Fed.
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